El vuelo TK 608 de la Turkish Airlines despegaba puntual del aeropuerto de Madrid Barajas aquel 22 de marzo. Los trece miembros del equipo nos habíamos encontrado unas horas antes allí llegando en diferentes expediciones. El encuentro fue lo serio y amigable que requiere un viaje de este calado, debido al madrugón y a que a buen seguro cada uno de nosotros vivió su propia aventura antes del encuentro. Las maletas iban repletas de equipos de buceo, poca ropa y un buen puñado de cámaras fotográficas profesionales.
Esta es la crónica completa de un viaje por los fondos del Mar Rojo… la crónica de un sueño.
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